Herede una colección de monedas y no se que hacer.

Es muy normal que una colección de monedas acabe siendo repartida entre los herederos y vendida por gente que no tiene ni idea de cuánto vale ni de cómo venderla, pero que desconfiados son un rato. Casi todas las semanas me llegan varios e-mails de gente que ha heredado algunas monedas y que quiere venderlas y no sabe ni cuánto cuestan ni dónde ir.

En la mayoría de los casos la ayuda es simplemente para decirles que las monedas que tienen no valen gran cosa. Generalmente no obtendrían por ellas mucho más que su peso en plata o en oro. Esto es algo que les suele chocar porque además de heredar unas monedas han «heredado una ilusión»: la ilusión que tenía su padre o su abuelo con esas monedas y que les decía desde niños que eran muy raras y valiosas y que llegaría el día que costasen un pastón; o la ilusión de que son monedas de plata «muy grandes y muy antiguas», acuñadas en 1870 e incluso alguna anterior; o la ilusión de que «hace 30 años le daban por esta moneda un millón de pesetas y no la quiso vender» (de las 1.000 veces que he escuchado eso nunca ha acabado siendo una moneda valiosa) . Pues no, siento decir que si una moneda no costó un dinero significativo lo más probable es que nunca llegue a valer una gran cantidad. Es decir, el señor que en los años 70 cogía los ahorros de todo un año, se compraba una moneda y la guardaba en una caja fuerte, está dejando una herencia numismática importante; ahora bien, el señor que en los años 70 en vez de tomarse café con copa y puro se tomaba solo un café y con lo que le sobraba se compraba alguna moneda para forjar una colección, está dejando una herencia de «ilusión» pero que lo normal es que no valga apenas nada desde el punto de vista económico; otra cosa muy distinta es lo que pudo disfrutar ese señor montando la colección y el cariño que la puedan tener los actuales propietarios, pero desgraciadamente ese cariño no se puede monetizar.

Este concepto, que es bastante obvio y sencillo de entender, genera una infinidad de problemas. Lo primero porque hay gente que se cree que es especial y que es la única persona en este mundo que tiene un duro de 1870, y que todo aquél que le dice que eso vale menos de 20 euros le está engañando. Lo segundo porque en algunas familias hay algunos que lo entienden pero otros que no. A mí me da mucha pena cuando se ven grandes disputas en una familia por una tontería de colección que en el mercado no vale ni 500 euros y que, una vez repartida entre los herederos, no les da ni para irse de cena.

Así pues, unos consejillos:

SI ERES UN COLECCIONISTA

1.- Ten más o menos informado a tu familia de cuánto podrían sacar por tus monedas. Pero sé realista. Para hacer una estimación realista piensa en cuánto dinero tú serías capaz de venderla, y entiende que eso sería el máximo que tu familia podría sacar, ya que ellos no tienen los contactos que tienes tú. Ten en cuenta también que, en general, una colección vale en manos de un coleccionista bastante menos de lo que ese coleccionista pagó por las monedas.

2.- Proporciona unas instrucciones claras de qué hacer con la colección en caso de fallecimiento. Esto se puede hacer aunque seas una persona joven y de buena salud: nadie tenemos la vida comprada. Yo le tengo dicho a mi hermano que si me pasa algo coja mis monedas y mis libros y se las lleve a un comerciante con quien tengo confianza. Sé que es una persona honrada y que les daría un precio justo a mi familia. Precio que sería más bajo de lo que yo pagué por las piezas, pero al menos sacarían un porcentaje sin tener que molestarse en vender las piezas.

3.- Llegando a cierta edad, o teniendo cierta enfermedad, quizá lo más inteligente sea gestionar tú mismo la venta. Casi seguro que saques más tú que tus herederos. Además, siempre es más fácil y genera menos problemas repartir dinero líquido que cualquier otro bien material. Eso no significa que se vaya a cerrar el ojo al día siguiente, sino que quitas a tu familia un problema de encima y lo haces con tiempo para sacar más por las monedas. Ya conozco a varios que empezaron a vender su colección en cuanto se jubilaron a pesar de estar sanos y tener 20 años de vida por delante.

Así de fácil puedes evitar a tu familia un sinfín de quebraderos de cabeza y de disgustos.

SI NO ERES UN COLECCIONISTA PERO HAS HEREDADO UNAS MONEDAS

1.- Sé consciente de que las monedas que hayas heredado posiblemente no valgan gran cosaTasar monedas no es tarea fácil y ponerse a ver precios por la web de monedas semejantes a las tuyas suele generar confusión más que otra cosa. Ir de tienda en tienda a ver qué te ofrecen por ellas tampoco es buena idea.

2.- Acuerda con el resto de herederos qué hacer con las monedas. Y no pases al siguiente paso sin haberlo hecho porque solo será una pérdida de tiempo para ti y para quien os haya ayudado: fastidia mucho cuando está todo preparado, acordado un precio e incluso se ha quedado en un lugar y a una hora, pero resulta que el pacto se derrumba porque la tarde antes un hermano o un primo dice que él no quiere vender su parte. Lo más normal es que si alguien tiene interés en la colección, ésta se tase y él pague lo proporcional al resto de herederos. Si nadie tiene interés por la colección en general es mejor venderla como un lote. La otra opción es repartirla entre los herederos, pero para eso siempre es mejor que lo vea un profesional porque un reparto aleatorio hecho por quienes no entienden de numismática puede hacer que un heredero se lleve el doble o más que otro. No todas las monedas que parecen iguales tienen un valor semejante.

3.- Intenta averiguar si merece la pena esa colección de monedas. Para ello habla con algún profesional honrado o con algún aficionado que entienda. Si no conoces a nadie me puedes mandar un mail y no me lleva más de medio minuto en decir si eso puede valer algo o si lo normal es que no valga nada (esto lo puedes hacer tanto si quieres vender la colección como si no la quieres vender pero quieres saber lo que tienes; así de majo soy).

4.- Si quieres vender la colección busca a un comerciante honrado o a alguna persona de confianza que te la compre o que te gestione la venta. Lo que menos quebraderos de cabeza te generará y como más dinero sacarás, será haciendo que una persona que entienda te compre la colección. Si tu colección es suficientemente importante es posible que puedas llegar a un pacto en el que esa persona gestiona la venta y tú te llevas una comisión. También tienes que entender que esa persona debe tener un beneficio por su trabajo. Es obvio, pero hay a quienes se les olvida. También es importante que una vez seleccionada la persona que se hará cargo de la colección, confíes en él y te dejes de historias. Historias con las que generalmente todos salen perjudicados.

Las monedas que ilustran la entrada son tres piezas de oro de Ludwing I de Hungría.

Para una buena Tasación pueden contactar conmigo en www.peritojudicialantiguedades.com

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